Luces, magias en los castillos de Loira

 

Descripción del programa:

Durante toda la temporada de fiestas estos castillos se transforman. Sorprenden al visitante con mesas cubiertas de manjares típicos de Navidad. En algunos castillos se pueden ver espectáculos. Otros organizan actividades para niños. Algunos ofrecen también talleres para grandes y pequeños.

Y como la Navidad en el país de los castillos celebra su sexto aniversario en 2022, se ha añadido una agradable sorpresa al programa: una apertura excepcional de los castillos durante una noche para descubrir la ruta navideña hasta las 20:00 horas. Viaje por el Valle de los Reyes visitando 8 castillos y la ciudad de Tour.

 

PROGRAMA VALIDO HASTA EL 31 DE DICIEMBRE

 

Precio:

  • Precio por persona en privado con base de 2 a 3 Personas 4.680 USD

 

  • Precio por persona en privado con base de 4 a 6 Personas 3.240 USD

 

 

Itinerario:

 

Día 1 Paris – Chambord - Castillo real de Blois – Hotel

Por la mañana salida en coche o minibús privado en dirección al Vallé del Loira. Comenzamos nuestra ruta por el valle del Loira con uno de los puntos fuertes de la región: el castillo de Chambord (178 km de Paris).

Su exterior es uno de los más impresionantes del valle. La magia de la Navidad empieza tras cruzar la puerta de entrada. Allí encontramos cuatro grandes abetos decorados con adornos que parecían de cristal. Era solo el comienzo. Dentro del edificio principal nos espera una chimenea encendida y un precioso árbol junto a la singular escalera que diseñó Leonardo da Vinci.

Es el castillo de la desmesura y el inicio simbólico del absolutismo del rey. Lo empezó a construir Francisco i en 1519, inicialmente como un lugar para cazar. Quiso construir un palacio que impresionara al rey de España, la gran potencia europea en ese entonces. Las cifras apabullan: mide 156 metros de largo, 56 de altura, y tiene 83 escaleras, 282 chimeneas y 426 habitaciones que dan un total de 10 mil metros cuadrados. El parque en el que está construido tiene 5 500 hectáreas. El rey en este palacio se impone a Dios. A pesar de la extraordinaria fama del castillo y el interés que ha despertado entre los historiadores a lo largo de los siglos, la identidad del arquitecto de Chambord ha seguido siendo un enigma. Son muchas las pistas que apuntan a que la construcción fue diseñada por Leonardo Da Vinci, aunque no sea él a quien se le atribuya. De todos modos, fuera el constructor original o no, la influencia de Leonardo en Chambord es innegable: sus fachadas ornamentales, sus interiores modulares o su estilo de cuadrícula ofrecen pistas certeras de que, si no fue él su verdadero demiurgo, fue su mayor influencia a la hora de abordar su diseño.

A poco más de 15 kilómetros de Chambord se alza el castillo real de Blois. Cuatro castillos en uno porque se fue ampliando y reformando durante cinco siglos siguiendo las respectivas modas arquitectónicas: la gótica –del siglo XIII–, la gótica flamígera –de finales del siglo XV–, la renacentista temprana –del siglo XVI– y la clásica –de principios del siglo XVII–. Si Chambord era el castillo más grande del Loira, el de Blois cuenta con la sala más grande de Francia de principios del siglo XIII: el salón de los Estados Generales.

Después de visitar los castillos y ver cómo se cuidaba la nobleza francesa, evidentemente tendremos ganas de sentirnos uno de ellos. Nada más fácil: dormir en un castillo o palacete, los llamados «château-hôtel» en el valle del Loira es posible. Traslado al hotel de su elección. Alojamiento y resto del día libre.

 

 

Día 2 Castillo de Cheverny - Castillo real de Amboise - Castillo de Chenonceau

El segundo día comenzamos con el castillo de Cheverny. Este castillo puede parecer sobrio a algunos si se compara con otros como Chambord. Sin embargo, Cheverny, con sus perfectas proporciones, representa el cenit de la arquitectura clásica francesa. Además, su interior puede presumir de tener algunas de las estancias más suntuosas del Valle del Loira. Las cuales, en el mes de la Navidad, se decoran con elegancia y sin que falte un bonito detalle en ninguna de sus habitaciones.

Este magnífico inmueble pertenece a la misma familia que lo construyó hace más de 500 años, y excepcionalmente conserva objetos de todas sus épocas en un estado inmaculado. Es el castillo en el que se inspiró Hergé para dibujar Moulinsart, el castillo del capitán Haddock, el mejor amigo de Tintín. Por su simétrica belleza, su enorme parque-jardín a la inglesa, por las actividades que ofrece, y por supuesto por los cientos de fans de Tintín que vienen a recordar las aventuras del joven reportero belga y su amigo alcohólico, éste es uno de los castillos más visitados de la región. Los actuales dueños habitan en una parte del castillo cerrada al público. Es uno de los últimos castillos que se construyeron en la región, con interiores luminosos, cómodos, con un aire más familiar para nosotros o, dicho de otra manera, no es difícil imaginarse vivir aquí. Desde 1764 hasta 1825, el castillo pasó por diferentes dueños, hasta que lo adquirió Anne Denis Hurault, la marquesa de Vibraye, regresando de nuevo a las manos de la familia original. Algunos de los servicios extras que ofrece el castillo: se puede aterrizar en helicóptero en los jardines y también hay visitas privadas fuera del horario oficial.

La tarde de hoy la dedicaremos a descubrir el castillo real de Amboise y el castillo de Chenonceau, a unos 15 km de Amboise. Dos castillos muy diferentes, pero muy cercanos y con una historia en común. Monumento histórico desde 1840, el Château d'Amboise fue residencia real durante todo el Renacimiento y el final de la Edad Media. Es un buen ejemplo del estilo renacentista francés temprano, en gran parte gracias al rey Carlos VIII, quien introdujo elementos arquitectónicos que descubrió mientras viajaba por Italia. Aquí habitaron los reyes de la casa de Valois y algunos Borbones, y fue escenario de muchos acontecimientos históricos: se daban audiencias y fiestas, recibían a otros reyes y embajadores, se expedían edictos y se firmaban paces y guerras; hubo bautizos, bodas, y por supuesto entierros.

En Amboise está enterrado Leonardo da Vinci, en una capilla preciosa dedicada a San Huberto, patrón de los cazadores. Francisco invitó al artista florentino a vivir aquí. Llegó con 64 años y murió tres años después, pero imaginamos que disfrutó mucho del único momento en su vida en el que no se tuvo que preocupar por mantenerse a sí mismo, ya que el rey, además de regalarle Clos Lucé, un pequeño castillo, le dio una pensión de 700 escudos al año. Lo nombró “primer pintor, ingeniero y arquitecto del rey”.

Culminamos este día con la visita a uno de los más conocidos Castillos del Loira: el castillo de Chenonceau.

Es uno de los castillos más espectaculares de esta región. Su imagen reflejada en las aguas del río Cher ilustra infinidad de folletos sobre esta parte de Francia en la que los castillos son los protagonistas. Se disputa el primer lugar con Chambord, aunque no pueden ser más distintos. La decoración del palacio es muy femenina, no en vano también es llamado Castillo de las Damas, ya que su historia va ligada a la de un grupo de mujeres que han dejado su huella en él, como Diana de Poitiers y Catalina de Médicis. Debido a la gran afluencia de público (después de Versalles es el castillo más visitado en Francia), es mejor visitarlo a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde.

Regreso al hotel y tiempo libre.

 

Día 3 La ciudad de Tours – Castillo de Langeais

En este tercer día de nuestra ruta por el Valle de los Reyes, visitaremos la ciudad de Tours, una ciudad emblemática del Valle del Loira. La que fuera una vez capital del Reino de Francia ahora resume a la perfección el arte de vida francés. Pasaremos por su casco antiguo que tiene aires medievales con sus callejuelas adoquinadas, sus casas de armazón de madera y sus plazas. La más conocida es la plaza Plumereau, rodeada de casas típicas y repleta de acogedoras terrazas. Animada tanto de día como de noche, la plaza atrae a una población cosmopolita de habitantes, estudiantes y turistas. La Catedral Saint-Gatien (s. XII - XVI) alberga en su interior un espléndido coro, realzado por la hermosura de las vidrieras. Destacan otros dos monumentos religiosos:

la Basilica de Saint-Martin y la Abadía de Marmoutier, ambas estrechamente relacionadas con el Camino de Santiago.

Por la tarde visitaremos el Castillo de Langeais. Es el más medieval de los castillos del Loira. En el corazón del tranquilo pueblo que le da nombre, este castillo con almenas, paseo de ronda, enormes torres y un interior sobrio y oscuro que poco tiene que ver con el de los otros elegantes castillos que se pueden visitar a poca distancia. En disputa entre el conde de Anjou, Foulques Nerra, y el conde de Blois, Eudes I, Château-de-Langeais pasó gran parte de su vida en la guerra. Se mantuvo dentro de la Casa de Anjou durante muchos años, hasta la Guerra de los Cien Años, cuando los ejércitos tomaron la fortaleza. Carlos VII lo compró en 1422, ordenando su destrucción, excepto el torreón. Salvado de la ruina, es uno de los torreones de piedra más antiguos que se conservan en la actualidad. En 1465, el rey Luis XI pasó dos años renovando la estructura de Langeais, modernizando. Aunque ya no es un castillo fortificado, sus grandes torres, puente levadizo y parapeto marcarán todas las casillas para los fanáticos de la Edad Media. En el interior, hay 15 habitaciones y una impresionante colección de tapices de los siglos XVI y XVIII para explorar. Un castillo francés ideal para visitar en invierno.

Velas sobre los bargueños. Originales adornos colgando delante de las ventanas. Ramas de acebo junto a las chimeneas. Camas iluminadas con estrellas de colores. En Langeais toda la decoración navideña es muy sutil. Hasta que se llega a la sala del banquete. Allí se pueden ver la excepcional chimenea de la habitación y tapices flamencos colgando en las paredes. A esto hay que sumar que en diciembre se prepara la mesa para una cena especial. Todo se decora con velas. La lampara del techo se cubre con adornos navideños y un gran árbol destaca al fondo de la estancia. Así decorada, esta sala se convierte en la más bonita del castillo.

 

Día 4 Castillo de Azay-le-Rideau – Fortaleza de Chinon

 

Mañana dedicada a la visita del château de Azay-le-Rideau que es una de las obras más hermosas del Renacimiento de esta zona de Francia. Es sin duda unos de los más bonitos Castillos del Loira y visitarlo en Navidad es un regalo. Casi todas las salas tienen algún detalle que anuncia la llegada de la Navidad. Dulces típicos navideños en la cocina, árboles de Navidad en algunas estancias o paquetes de regalo junto a las chimeneas.

Encargado por el rey Francisco I, Azay-le-Rideau fue construido en una isla en el río Indre. Esta posición especial le da un efecto de "espejo de agua", donde el pequeño pero escultural edificio se refleja perfectamente en el río de cristal que se encuentra debajo. El autor Honoré de Balzac lo describió como “un diamante facetado engastado en el Indre”. Su arquitectura renacentista francesa, sus jardines recortados y su combinación de decoración francesa e italiana lo convierten en una de las joyas de la corona del Loira. El castillo fue construido en 1731 por el noble Charles de Biencourt, un entusiasta de la botánica que se dedicó a transformar los parques en un jardín de estilo inglés. Su hijo, que heredó el castillo, continuó ocupándose de los jardines plantando árboles entonces exóticos como secuoyas, cedros y tulipanes americanos, lo que convirtió a Azay-le-Rideau en un pintoresco castillo para visitar en invierno y durante todo el año.

La Fortaleza Real de Chinon será nuestra última visita en el Valle del Loira. Es una parte importante de la historia de Francia. Fue la residencia favorita de Enrique II, a quien se le atribuye la mayor parte del edificio que vemos hoy. Chinon también fue donde la religiosa misionera Juana de Arco vino a encontrarse con Carlos VII antes del crucial sitio de Orleans. Dos salas están dedicadas a Joan en el interior recientemente renovado, con una exposición de artefactos originales de los siglos XVIII al XX. Sentado en lo alto de las orillas del río Vienne, Chinon es el epítome de una fortaleza del castillo. Sus jardines y afloramientos rocosos invitan a un intrépido paseo invernal.

 

Día 5 Valle del Loira – Paris

Después del desayuno en el hotel, traslado de regreso a París.

 

FIN DE NUESTROS SERVICIOS.

 

 

Que incluye:

  • 4 noches en un hotel-castillo (Valle del Loira) desayunos incluidos
  • Traslados Paris- Valle del Loira – Paris en vehículo privado de categoría estándar con chofer personal hablando ingles
  • Transporte privado para las excursiones diarias según el programa
  • Visitas y entradas mencionadas en el programa con guía local de habla hispana (8 castillos + ciudad de Tours)
  • Asistencia en español 24/7

 

 

No Incluye:

  • Vuelos Internacionales
  • Actividades no mencionadas en el programa

 

 

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